Denise Pessana y Enrique Llamas de Madariaga, pareja en la radio y en la vida, conducen Sexta edición
Por Alicia Petti
Enrique Llamas de Madariaga lleva más de 50 años ejerciendo el periodismo tanto en gráfica como TV y en radio. Desde hace 27 años, lidera Sexta edición, ahora de nuevo en su franja de lunes a viernes, de 17 a 19, en Radio Rivadavia (AM 630), un espacio con información, análisis, opinión, reflexión y buen humor. El ciclo ?que incluso se emitió en otros horarios y por breves lapsos con otros conductores? es una marca de la emisora. Desde hace más de tres años, lo conduce con su mujer, Denise Pessana, también periodista, a quien conoció cuando conducían América Noticias.
El staff de Sexta Edición Llamas de Madariaga y Pessana están acompañados por Amelia Troisi, Oscar Muiño, Martín Caballero, Esteban Sassi, Jorge Vaccaro, Liliana Franco, Clara Salguero y Guadalupe Noble. En la locución está Ofelia Flores y, en la producción, Martín Fernández Madero y Lucas Ricoy.
-Veintisiete años de permanencia en el aire es un récord. ¿Cómo se vive?
-Hubo algunos cambios e incorporaciones, como la de Mancini o Cacho Fontana, pero siempre volvimos al tema original de Sexta edición. El programa trata de ser ecuánime, equilibrado, porque yo soy periodista y nada más. Ahora hay muchos combatientes en el ejercicio, muchos militantes, y van con una causa. Antes, cuando vos empezabas a trabajar, en la primera entrevista te preguntaban: «¿Usted qué trae en el bolsillo: un panfleto o una poesía? De acuerdo con eso, entra o no a este diario». Yo siempre traté de llevar una poesía o una noticia. Somos servidores públicos, pero ahora se ha roto la humildad periodística. Ahora son todos comunicadores, vectores de opinión.
-La franja del regreso, al igual que el prime time, es muy transitada…
Llamas: -Pero tiene sus contras. Los grandes horarios son los de la mañana. Ahí estás realmente armando el diario. ¿Por qué? Porque los funcionarios están más disponibles, porque están más enojados con lo que publican o porque tienen ganas de comunicar algo. La tarde te obliga un poco más a la reflexión, porque estás de vuelta. Entonces, la gente que regresa quiere tranquilidad y humor, no bombardeo. Pasa lo mismo con los diarios. El diario de la tarde es un diario de temas; el de la mañana, de noticias. Además, hay una cosa técnica que hemos descubierto: a partir de las seis de la tarde, ya no te levantan más las agencias. Es muy difícil, porque ya los diarios están pautados y programados. El reflejo en los medios no se da tanto con los informativos de la tarde.
-¿Cómo es tu experiencia en el programa, Denise? En su momento, te sumaste a un proyecto armado, y a ustedes no sólo los une la profesión, sino también el amor.
-Me siento muy cómoda. Además, siempre lo voy siguiendo a él, que es el conductor. Somos un equipo grande, acostumbrado a trabajar juntos. Nos complementamos muy bien. A mí, la radio me encanta; es muy diferente de la TV: te da tiempo para reflexionar y explayarte. De todas maneras, en estos momentos el aire está un poco enrarecido, porque ves a colegas con miedo físico, incluso, y después, porque están cercenadas las fuentes de información. Hemos caído en un terrible maniqueísmo, en que las cosas son buenas o malas. Y un país que se maneja sin grises ni equidistancia es un país condenado al fracaso. Yo no quiero eso para mi país.
Llamas: -Es verdad lo que ella dice, aunque los medios en general y la radio, en particular, están pasando por un momento muy difícil, de intrigas, de compra y venta de voluntades, delaciones, seguimientos. Se está desvirtuando la esencia de periodismo, y eso genera miedo en mucha gente: miedo a perder avisos, publicidad; miedo a quedarse sin trabajo y a que el funcionario lo mire mal. Por eso, además de la información, de nuestra mirada, tratamos de poner un poco de humor.
-¿Qué encuentra el oyente cuando sintoniza el programa?
Llamas: ?Hace treinta años que abrimos con un tango; después, encuentra comprensión, todas las voces y honestidad, y la gente agradece mucho la sinceridad. Si algún funcionario no me atiende, lo digo. Ese es otro drama del periodismo actual: hay muchos «todólogos»: hablan de autos, de fútbol y de energía solar con el mismo desparpajo.
Pessana: -Disfruto mucho de mi trabajo; por eso, siempre voy contenta a la radio.
Llamas: -Y porque está conmigo?
vía La Nación