A los veintitrés años creé el Teatro del Picadero, sede del primer ciclo de Teatro Abierto que, en 1981, cerró sus puertas luego de un atentado que lo destruyó y me obligó a dejar el país. De regreso a la Argentina, en 1983, fundé el Teatro del Totoral (Villa del Totoral, Córdoba). Durante la apertura democrática de 1984, edité en esa misma provincia el diario El País y en la Ciudad de Buenos Aires presidí el Centro Comercial y Cultural Galerías Santa Fe, en el cual pudimos restaurar los murales de Raúl Soldi, Luis Seoane, Gertrudis Chale, Juan Battle Planas, Noemí Gerstein y Leopoldo Torres Agüero.
Produje los espectáculos musicales La Forestal (crónica cantada) (1987) y El Viento que viene y va (1992), de Enrique Llopis y Rafael Alberti. Edité los Cuentos para no morir (1990), de Hamlet Lima Quintana.