La hija del fundador de "Clarín" es actriz y publicó el segundo libro de poemas. Cómo se inició el diario y la disputa con Ernestina.
Por Liliana Morelli
Cuando necesita prescindir del mundo y recuperar paraísos perdidos, Guadalupe Noble sube una escalera empinada hasta su buhardilla-escritorio, donde escribe, sueña y proyecta. Entre libros de John Berger, Sandor Marai, Hamlet Lima Quintana y Edgar Morin, rodeada de un ángel arcabucero peruano, santos y vírgenes traídos del Norte y muñecos de fibras hechos por artesanos wichis.
Un piso más abajo, en el edificio francés de dimensiones colosales, está su casa: equilibrada, generosa en espacio y luz, sólida. Un poco como ella misma. Lupita -como se conoce a la única hija de Roberto Noble, el fundador de «Clarín»-, transita una madurez serena, productiva, y las cosas parecen alinearse sin conos de sombra. Atrás quedo la disputa legal con la otra heredera de Noble, Ernestina Herrera, en un juicio donde se discutió la validez del primer matrimonio del empresario y la veracidad de su testamento. Tal vez por eso Lupita aceptó abrir su casa por primera vez y hablar de todos los temas, incluida la situación con la segunda mujer de su padre. Y repitió: “Estoy en paz”. Lee La Nación, Perfil y El País, y cuando se le pregunta por Clarín responde: “Sí, sí, pero el que compro es La Nación”.
Está cursando «Pequeñas y medianas empresas» en la Universidad Austral y acaba de presentar su segundo libro de poemas, «Bromelia, tomate y lima», que abre con un racconto de lo que significa Villa El Totoral, en Córdoba: su lugar anhelado, un ámbito esencial de su infancia. «Mi casa en Totoral fue una continuidad en mi vida desde que nací, pero la alquilé unos años y dejé de ir. Estaba escribiendo mi primer libro, «Soy», y en este reencuentro que tuve con la palabra desde la poesía, dije: a ver qué me pasa cuando vuelva. Y fue impresionante, hubo una revalorización de toda mi infancia, de mi papá, de la gente».
Noticias: Decís sobre ese lugar: «Cuando me perdí de mí, siempre me recordaste quien era». ¿Pasó muchas veces?
Noble: Bueno… viste que a veces uno se pierde de sí mismo, y estos son los lugares que te constituyen, no tenés que explicarle a nadie nada. Allí soy Lupita, punto.
Noticias: ¿Qué fue lo que disparó esa reconexión tan fuerte?
Noble: Necesité juntar mis pedazos, pararme y salir al mundo restaurada, reparada, muy en paz conmigo. Mi libro «Soy» refleja todavía más ese viaje interior, La poesía es eso: uno mira el mundo, pasado por el tamiz del alma, y en el segundo libro ese mundo es Bolivia, Perú, el Norte, Córdoba.
Noticias: Cuándo escribiste el primero, ¿venías muy golpeada?
Noble: No, son transformaciones… Tal vez escribir es un festejo por llegar a los 40 y pico entera, llena de ilusiones y de amor. Reparada, salgo a renombrar y disfrutar el mundo. Cuando lográs acomodar los conflictos interiores surge una mirada nueva, fresca, muy gratificante.
Noticias: ¿Es un peso ser la hija de alguien que forma parte de la historia del país, estar a la altura de la persona y del mito?
Noble: No, es un desafío y hoy me siento a la altura. Este es un momento de mucha creatividad y las cosas empiezan a salir como quiero.
Noticias: ¿Cómo era ese padre cotidiano, no el del bronce?
Noble: La figura de papá ha sido como un faro para mí, me enseñó la ternura, a pesar de esa cáscara fuerte y muy dura. Lo perdí a los 10 años, pero me rodeó de imágenes y a través de las fotografías pude leer un montón de gestos que me alimentaron. Fue un gran amparo, una presencia constante.
Noticias: ¿El hombre poderoso bajaba las defensas ante esa nena?
Noble: Sí, de él aprendí el afecto. A mi hija Sara le he dado besos a más no poder, pensando que cuando fuera adolescente iba a decirme: «Salí, mamá», y yo respetaría ese momento de despegue.
Noticias: De ese montón de fotos, ¿cuál te conmueve más?
Noble: Las de abrazo, una serie donde me estrecha en sus brazos al llegar a Ezeiza de un viaje, tendría unos 6 años.
Noticias:: Era un cincuentón cuando naciste. ¿fuiste consentida o te crió con cierta austeridad?
Noble: Me crió con austeridad, me enseñaba a respetar a la gente, en mi casa, con los humildes. Una vez le falté el respeto a Ramona, una señora que trabajó con él y luego conmigo hasta que falleció, y fue la primera vez que me dio un chirlo en la mano, era muy estricto. Fueron pocos años juntos, pero muy claros: predicó la generosidad, el compartir. Pasaba todos los veranos con él en Punta del Este y en Córdoba, era una vida muy mezclada, con peones y gente de campo; me enseñó a sentirme a gusto en ranchos y en palacios, le agradezco esa amplitud de mirada.
Noticias: ¿Te daba su tiempo, se ocupaba de vos?
Noble: Sí, en el campo estábamos mucho tiempo juntos, me enseñó a andar a caballo, a nadar, y cuando te vas poniendo grande te va quedando la esencia, vas rescatando lo bueno. Una prima mía trabajó con la madre Teresa de Calcuta, quien le dijo un día: «Lilia, las almas que tienen rencor no pueden volar». Eso fue muy aleccionador para mí. Mi padre silbaba y reía, aunque también lo veía gritar y agarrarse unas chinches bárbaras porque el diario no llegaba a tiempo, por los camiones que se demoraban… por algo murió joven, del gran estrés. Ahora entiendo lo que habrá sido manejar todo eso y hacerlo de la nada, un esfuerzo titánico.
Noticias: ¿Provenía de una familia rica?
Noble: No, los Noble son de Bayona, de la Vasconia francesa. Mi abuelo murió cuando papá tenía 3 años, mi abuela María crió a cinco varones y dos mujeres y los sacó a todos profesionales. Eran de familia bien, mi abuelo era del Jockey Club de La Plata, pero no gente de fortuna. Mi tío Julio Noble era abogado, como mi padre, había dos ingenieros… era la Argentina de la movilidad social. Julio Noble se casó con una Mitre.
Noticias: Fue el nexo entre los dos grandes diarios argentinos.
Noble: Los Mitre y los Nobles eran muy amigos. Mi padre era un abogado exitoso y quiso hacer política, fue diputado, ministro de Gobierno en la época de Justo, tenía muchas pasiones e intereses. Se desencantó de la política en el ’30, dijo nunca más y se fue a vivir al campo. Y no aguantó eso de estar mirando las vacas.
Noticias: ¿Ahí empezó a proyectar «Clarín»?
Noble: Empezó con el tema de fundar el diario y puso en venta todo su patrimonio. Decidió vender el auto, el campo y se jugó el todo por el todo. Reunió a toda la familia y le dijeron: «Estás loco, estás yendo a contramano». Él les respondió: «Los pesimistas se van y los optimistas se quedan» y se quedó uno solo, mi padrino, el doctor Enrique Viacava. Él me contaba: «Yo no entendía nada de diarios, me quedé porque era mi amigo». Todos pensaron que eso no duraba.
Noticias: La estancia La Loma, en Villa El Totoral, era su cable a tierra. ¿Es también el tuyo?
Noble: Sí y de grande llegué a entender porqué se hizo esa casa tan linda y tan grande en ese lugar: era lo mismo que yo busco hoy, Córdoba lo perdió un poco y ahora lo encuentro en el Norte. Me acabo de comprar un ranchito en Cachi, un pueblo de 2000 habitantes en Salta; era el antiguo correo, y lo estoy arreglando para ir y escribir, tener un pie en ese mundo andino maravilloso y moverme hacia Perú, Chile, Bolivia. Tomé un seminario sobre el mundo andino en el Museo de Bellas Artes y tengo mucha información.
Noticias: ¿Qué formación tuviste?
Noble: Hice la primaria y la secundaria en el St Catherine’s, en el ‘70 y pico vino la época de la dictadura y me mandaron dos años al Marymont College en Nueva York. Después nos fuimos con mi madre a vivir a Córdoba un tiempo. Yo quería estudiar Antropología, Sociología, y no era el momento, entonces empecé a estudiar Teatro en el Payró y vino toda esa etapa del (Teatro del) Picadero, así que no tuve una formación terciaria.
Noticias: Escribiste que, como todo visionario, tu padre «contenía multitudes dentro de sí». ¿Te sigue resultando inabarcable?
Noble: No, cada día lo entiendo más. Era brillante y contradictorio, cariñoso y muy estricto, y estoy por escribir un libro sobre su vida. Puede ser interesante para los jóvenes, que hoy no tienen referentes de hombres que han hechos cosas y, a su vez, han tenido una gran capacidad afectiva, dos cualidades que no van siempre juntas.
Noticias: Tu hija se llama Sara, como tu tía. ¿Por qué el homenaje?
Noble: Sara, la hermana de papá, me iba a buscar todos los viernes al colegio con su chofer, fue muy noble conmigo, nos adorábamos. Mucho después me enteré de que Sara quería decir «maíz» en quechua. Yo la llevé mucho a mi hija de viaje por América, a Bolivia, a Perú, a Jujuy.
Noticias: ¿Cómo la pertrechás para la vida?
Noble: Quiero que tenga raíces y alas. Este año la mandé a Europa, va al Liceo francés, tiene 14 años. Toca el piano y en el último CD de su papá (Enrique Llopis) canta con él. Creo que el arte es un amparo para el alma, una herramienta indispensable para cuidarte en este mundo loco que estamos viviendo, y he querido que ella la tenga.
Noticias: Y de tu mamá, ¿qué marcas te quedaron?
Noble: Mamá es chilena, una muy linda mujer, que se casó con mi padre a los 22 años. Hoy vive en La Cumbre. He tenido con ella una relación bastante más conflictiva, pero bueno…
Noticias: El lema de tu padre, «Tempestate Felicitas» («En la tempestad, la felicidad») rige en tu vida? ¿O la adversidad te descompagina?
Noble: No, la tempestad no me gusta, me gusta la paz, la armonía. Por eso Cachi, me duele la pobreza, los ruidos, la ciudad fea, los olores, realmente me lastima. En El Totoral ya veo la depredación, somos muy descuidados con nuestro patrimonio y eso me lascera. Me gustaría ayudar a cuidar Cachi, hacer de ángel guardián de lugares que son tan frágiles.
Noticias: Tenías 10 años cuando tu padre murió. ¿Cómo fue ese día?
Noble: Recuerdo el paseo en bicicleta que el administrador de La Loma improvisó para alejarme del lugar. La noche anterior habíamos visto con mi padre una película de Bob Hope. Y no nos despedimos. La noche siguiente, en Buenos Aires, me dormí abrazada a la muñeca Mariquita que me había regalado, soñando que nunca me dejaría.
Noticias: ¿A veces te preguntás cómo hubiera sido tu vida si ese día no hubiese existido?
Noble: Ya no me lo pregunto más, pienso que las cosas fueron por algo, y estoy muy contenta en mi piel. Todo fue como tuvo que ser.
Noticias: ¿Cuánto te llevó asimilar ese golpe?
Noble: Con el libro anterior terminé no sé si el duelo, pero sí de recomponer, de entender, de revalorizar. La palabra ha sido sanadora.
Noticias: Hay riesgo de quedar magnetizada a la figura de un padre tan poderoso. ¿Intentaste suplantarlo en los hombres que te enamoraron?
Noble: No, Llopis es un hombre muy entero, de muchos valores, con pensamiento propio, valiente, con una postura, muy creativo, busqué eso. Si busqué a mi papá en esas cualidades, no lo sé. Pero no busqué un hombre poderoso…
Noticias: Llopis es una figura fuerte, no hablo de poder material.
Noble: Sí. Hoy somos muy amigos.
Noticias: ¿Fue tu amor más fuerte?
Noble: Sí, nos unió el arte, los ideales, y uno terminó de crecer con el otro. Conocí a Enrique a los 26 años, él tenía 30 y pico, fueron años de caminar juntos, de viajes y mucho aprendizaje, de tener una hija, de verlo grabar con Hamlet Lima Quintana, Armando Tejada Gómez, Rafael Alberti, me nutrí muchísimo escuchando tanta música y poesías.
Noticias: ¿Ahora estás en pareja?
Noble: No.
Noticias: ¿Te pesa el vacío o tenés «amigos afectuosos»?
Noble: No, tampoco. Estoy bien en mi piel, no me siento sola, no tengo esa sensación de angustia. Si llega un compañero para caminar juntos en esta etapa de mi vida, bienvenido.
Noticias: ¿Te bancás bien la soledad?
Noble: Sí, tengo mi cuarto propio, como decía Virginia Woolf, y esa sensación de que con una lapicera y un papel puedo irme a cualquier lado. Este año tuve mis primeras vacaciones solas, me fui al Norte.
Noticias: ¿Te gustaría tener otro hijo?
Noble: No, un hijo es una entrega tan grande, tan grande, que es muy fuerte.
Noticias: ¿Nunca te tentó la política?
Noble: Me gusta la política, trabajé con Archie Lanús en un grupo de reflexión, «Ideas para la Argentina», y en la asociación civil «De nosotros depende», en el 2001. Me apasiona el pensamiento, pero hasta que no haya una masa crítica la política, tal como se practica en el país, es una trituradora de almas. Y no soy un killer, no tengo pellejo de cocodrilo.
Noticias: ¿Te ofrecieron algún cargo?
Noble: No. Pero tengo mi columna en el programa radial de Enrique Llamas de Madariaga, con tema libre. Eso me obligó a meterme en temáticas que recorto de diarios, desde los desafíos de Buenos Aires hasta el filete porteño, las migraciones, poetas o filósofos, en un lenguaje que llegue al corazón de las personas.
Noticias: A los 23 años creaste el Teatro del Picadero, ¿estabas politizada, simpatizabas con la JP?
Noble: No, no, pero era anti gobierno militar, me parecía un horror lo que estaba pasando, yo sentía, percibía cosas y no me gustaban. Cuando la gente de «Teatro Abierto» buscaba un lugar, tenían que encontrar un Quijote que pusiera la sala (ríe), y eso era música para mi alma.
Noticias: El atentado al teatro desbarató tu rumbo: de actriz terminaste refugiada en Italia.
Noble: No sé si refugiada, me aconsejaron irme unos meses. El sereno del Banco Mercantil, enfrente del teatro, dijo en «La Razón» que había visto llegar a un patrullero a las tres de la mañana, entraron, y cuando llegaron a la esquina voló el teatro. Estuve 3, 4 meses en Italia, hice seminarios en el Odin Teathre. Volví y creé el Teatro del Totoral, siempre con esa cosa de poner el cuerpo y la casa. Cuando el grupo se desarmó, porque era una sala adelantada a su tiempo, fue demasiado para mi alma. Todo lo que armaba se desarmaba. Había conocido a Enrique y pasé a segundo plano, acompañé sus proyectos y produje espectáculos.
Noticias: En Córdoba editaste el diario «El país», ¿fue una revancha por no tener cabida en «Clarín», por entonces?
Noble: No, yo tenía esa marca, había que usarla, y soy traste inquieto, tengo eso de meterme en camisa de once varas, y bueno… allá fui. Duró dos años y medio.
Noticias: ¿La disputa con la directora de «Clarín», Ernestina Herrera de Noble, te llenó de rencor? O de dolor?
Noble: No, yo estoy en paz.
Noticias: Ahora, pero ¿antes?
Noble: No tuve rencores nunca.
Noticias: Cuando se zanjaron las diferencias, publicar en el diario la columna «Roberto Noble, mi padre», ¿fue una reparación interna?
Noble: No, fue muy lindo poder escribir ese homenaje en el diario de mi padre.
Noticias: Era el diario de tu padre, pero no habías tenido acceso.
Noble: Sí, pero fue una gran alegría, una gran alegría.
Noticias: ¿Con Ernestina tenés un trato asiduo o protocolar?
Noble: No, nos hablamos de vez en cuando. Estoy en paz (sonríe).
Noticias: Uno se construye en las relaciones con los otros, ¿te fallaron mucho, sufriste decepciones fuertes?
Noble: Tuve una vida muy intensa y soy una persona crédula. Y cuando uno es confiado se golpea, pero es parte de la vida.
Noticias: O sea que sufriste decepciones fuertes.
Noble: Es que te quedan dos opciones: no sentís o sentís lo bueno y lo malo. Si no te quedás neutro, y si te anestesiás también te vas a perder lo bueno, así que.. es la contracara.
Noticias: Fuiste Directora Regional para Hispanoamérica de «Network Attitudinal», ¿tiene relación con el Centro de Actitudes que sanan, que dirige el doctor Alberto Lóizaga?
Noble: Sí, eso fue un tiempo en el que conocí a Jampolsky (N.de R: se refiere al psiquiatra Gerald Jampolsky) en Estados Unidos y me ofrecieron participar. Siempre tengo esta cosa de compartir lo que me sirve. Conducía por televisión «Virtudes capitales» en P&E, ví el proyecto «De nosotros depende» y le dí un bloque. El concepto me pareció maravilloso y cada día tiene más vigencia. Pero pasó a cuarto intermedio.
Noticias: ¿Por qué?
Noble: Cuando hay una bonanza económica transitoria, de corto vuelo, nos olvidamos de algunos temas. Por ejemplo, la corrupción de cada día…de nosotros depende. Somos partícipes en mayor o menor medida, desde el que no se pone el cinturón de seguridad hasta el que coimea o mira para otro lado. Cada uno debe hacerse responsable. Los de arriba van a cambiar cuando haya una masa crítica abajo que diga: «esto no me representa». Uno debe hacer la acción correcta, se va armando una ola y empezaremos a construir una sociedad diferente. A veces cuesta, pero trato de no dejarme achatar por la mediocridad y justificar todo, «total, todos lo hacen». Me doy la batalla a diario para tratar de ser lo mejor que pueda, en todo.
Noticias: Balance de lo vivido hasta hoy: ¿qué anotás en el debe, qué en el haber y qué en deudas pendientes?
Noble: Mi próximo desafío es devolverle el brillo a la Galería Santa Fé, hacer un giro hacia lo cultural, darle una identidad. Hay 1.500 metros de pintura mural, de ocho pintores de primera línea, incluído Soldi, eso también fue una obra de mi padre. Y escribir el libro sobre papá, se lo debo. En el haber… estoy plena, arraigada en la palabra, quiero acompañar a mi hija para que vuele sola e irme cada vez más al Norte, generar cosas allá. No tengo deudas pendientes, ni de pago ni de cobro. Estoy en paz.