Guadalupe y la política

Buenos Aires, 9 de mayo de 2009

Estimados amigos

Les escribo para anticiparles y compartir una noticia que quizá sorprenda a algunos, aunque descuento que todos comprenderán: no quería que se enteraran por los medios de comunicación que he aceptado encabezar la lista de candidatos a diputados nacionales por la Democracia Cristiana en Capital Federal.

Fui convocada como extra partidaria por hombres y mujeres, militantes y luchadores, con los que comparto valores y enfoques esenciales acerca de la vida, y la virtud de la política; para modificar lo que nuestro país y la Ciudad necesitan.

Durante el debate de ideas en la campaña electoral ya me explayaré acerca de ello así como también sobre la coherencia y trayectoria de esta organización política que tan generosamente ha confiado en mí; sobre su compromiso histórico con la democracia, la justicia social y los derechos humanos.

Es ampliamente conocida su trayectoria internacional en países como Alemania, México y Colombia.

Prefiero en estas líneas hacer hincapié en mis razones personales; para qué, por qué y el por qué ahora, de esta decisión trascendental de mi vida. Al margen de los resultados de las elecciones del próximo 28 de junio,  he decidido competir en ellas con toda mi fe y mi energía. He aprendido que la esperanza no es una espera pasiva sino un accionar positivo; y  que debe haber cada vez más hombres y mujeres con vocación de servicio para el bien común, llevando la esperanza a la acción política.

Llevo con infinito orgullo y ustedes lo saben, mi apellido, Noble, que  sin forzar un juego de palabras implica  un mandato moral y un compromiso social con mis semejantes, el que hasta ahora he ejercido, y seguiré ejerciendo, desde otro lugar de la participación ciudadana.
Hoy la memoria de mi padre, quien supo tomar en su tiempo con firmeza las difíciles decisiones que le dictaba su conciencia, me alienta a poner mi granito de arena en este momento de crisis, que es también momento de oportunidad.

Oportunidad para convocar las mejores cualidades que anidan en cada uno de nosotros, porque de ello depende el destino de nuestra Argentina, de nuestros valores, esfuerzo, trabajo, vocación de servicio, talento y amor.

Ya es hora de reencontrar el rumbo, es hora de que los políticos nos dejen de contar los problemas y hablen de cómo solucionarlos, de que no existan ciudadanos de segunda, de terminar con la crispación y la extorsión como único soporte del discurso político. Es hora de dejar de mirar siempre hacia atrás, como argumento excluyente y única propuesta de futuro.

Siento, sin soberbia alguna, que ha llegado, para mí, el momento de pasar de ser ciudadana a ciudadana con mayúsculas, comprometiéndome a dar lo máximo de mí para que mis vecinos me elijan y construir juntos ideas, propuestas y soluciones para una nueva Argentina.

Estoy convencida que el Congreso necesita voces para el bien común, para sanearse a sí mismo y volver a ser un recinto de discusión de ideas. Para mejorar la calidad, de nuestras instituciones y de nuestra democracia. Este es mi compromiso que es también una necesidad de nuestra patria.

Afectuosamente.

GUADALUPE NOBLE