Las luces volvieron a encenderse y la emoción se adueñó del Picadero – Diario Clarín – 23 de mayo de 2012

Por Nora Sánchez

La comunidad teatral participó ayer de la reinauguración de la mítica sala porteña

Sobrevivió al fuego y a la piqueta pero, por sobre todo, al olvido. Y gran parte de la comunidad teatral estuvo presente ayer para celebrar, a sala llena, la reapertura del teatro Picadero. Hubo algunas lágrimas, palabras que conmovieron y también caras de felicidad y mucha alegría por la recuperación de un espacio mítico para la cultura en Buenos Aires .

Reapertura Teatro El Picadero  “Vino tanta gente del mundo del teatro que la sala se colmó rápidamente y hubo muchos que tuvieron que seguir la ceremonia a través de pantallas en el hall”, dijo el nuevo dueño de la sala, el productor Sebastián Blutrach, que junto a Roberto “Tito” Cossa y al ministro de Cultura porteño, Hernán Lombardi, llevó a cabo el tradicional corte de cinta.

En la reinauguración de la sala del Pasaje Discépolo 1857 (con capacidad para 300 personas), que fue reconstruida y equipada a nuevo, también se le hizo un homenaje a Teatro Abierto , el recordado ciclo que nació allí. Muchos de los actores y autores que participaron estuvieron anoche y vivieron el video que se proyectó como si todo estuviera ocurriendo en vivo, aplaudiendo y emocionándose ante las imágenes.

“La plata que hice con el teatro ahora vuelve al teatro”, concluyó Blutrach su emotivo discurso, y se ganó una ovación de Rubens Correa, Carlos Gorostiza, Cristina Banegas, Luis Machín, Graciela Dufau, Mirta Busnelli, Soledad Silveyra y Lía Jelín, entre otros referentes de las tablas que acompañaron la reapertura. El 29 comenzarán las funciones de la obra “Forever Young”.

Tito Cossa , referente de Teatro Abierto, recordó que en 2007 la comunidad teatral se movilizó para evitar que demolieran la sala, y agregó: “Con los años sentí que Teatro Abierto ya había sido reparado, pero para cerrar el círculo faltaba reabrir el Picadero”.

“Fue uno de los primeros espacios de resistencia de la civilidad durante la dictadura. El atentado provocó el efecto contrario al que buscaba; nos permitió mostrar, a los que participábamos, nuestra voluntad de continuar a pesar de todo”, rememoró Patricio Contreras en referencia a aquel 6 de agosto de 1981, cuando un grupo de tareas quemó el Picadero y obligó a cerrarlo.

Hasta ayer, que las luces volvieron a encenderse sobre un escenario que, por fin, tendrá otra vez actores sobre sus tablas.

Vía Clarín

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